viernes, 5 de diciembre de 2008

LUZ

LUZ

PRÓLOGO

“Es fácil de probar que en estos últimos años, principalmente a partir del gran período romántico, el reino de la poesía –al que apenas se había tocado desde la pérdida definitiva desde las vastas pero inhabitables provincias del poema épico--, ha disminuido gradualmente y se ve en la actualidad reducido a algunos pueblos aislados en la montaña. Allí permanecerá probablemente, vivaz e inexpugnable, y ganará allí en pureza e intensidad lo que en otra parte ha perdido en extensión y en abundancia. Allí se despojará poco a poco de sus varios ornamentos didácticos, descriptivos y narrativos, para no ser pronto más que ella misma, es decir la única voz que pueda revelarnos lo que el silencio nos oculta, lo que la palabra humana ya no dice y lo que la música no expresa todavía”.
Esta cita de Maurice Maeterlinck, premio nóbel de literatura de 1911, escrita una centuria atrás, se presenta apropiada para iniciar estos comentarios que me encomendara Leonardo sobre la obra LUZ que da a conocer en estas páginas.
El reino de la poseía, dice Maeterlinck, que es lo mismo que decir el reino de Dios. La poesía, poiesis, creación, y el poeta, poiëtes, el creador, de acuerdo con el sentido etimológico que le son propios, no pueden sino equipararse con lo que es el genuino, el auténtico creador, es decir Dios.
Dios está hablando en todos los lenguajes imaginables. Su reino está manifestándose con una pujanza nunca vista, está llevando todo por delante, está demoliendo toda resistencia que se oponga a su justicia. El lenguaje de Dios es naturalmente extraño y hay que tener oídos para oírlo.
El poema LUZ es percibido como la voz de Dios, no sólo porque el hablante en el poema adopta ese papel sino porque se aprecia en él el sonido del Espíritu que vibra, que se despliega con una sonoridad y una armonía portentosas, se halla revestido de una connotación épica, una trascendencia cósmica que, tal cual lo dice Maurice Maeterlinck, nos va revelando lo que el silencio nos oculta, lo que la palabra humana ya no dice y lo que la música no expresa todavía.
“Todas las artes aspiran a la condición de la música” escribió un autor. La música, el lenguaje universal, es lo que toca con mayor fuerza la sensibilidad del ser humano. Y no puedo sino declarar que el poema LUZ cumple con aquella aspiración, pues cuando lo abordé me hizo entrar en un trance extático que sólo las más bellas melodías son capaces de provocar.
El poema de Leonardo nos lleva en un viaje, con una nave a la que le plugo bautizar con el nombre de LUZ, por universos maravillosos creados al conjuro de la música de las palabras. El ser hecho de luz en que consiste el YO SOY, nos conduce por derroteros de vértigo donde vamos descubriendo paisajes insospechados y exóticos que se revelan fulgurantes y bellos. Un poeta, un “hacedor” (sentido primigenio del vocablo), se nos muestra en estas páginas emulando al Creador original, a Dios, que con la palabra creó el universo. Hágase la luz dijo Él cuando dio nacimiento al mundo, y después nos diría: vosotros sois la luz del mundo. Con esa impronta, a un ritmo trepidante, fantástico, mágico, desde aquel acto originario estamos vibrando (que en última instancia no somos sino eso: una vibración, una variación del único tema: el ser), y he aquí que nuestro poeta, hechura y semejanza de Aquel, nos introduce en su propio ritmo y nos permite deleitarnos con esta obra que brota de las reconditeces del corazón.
La palabra Dios está tan cargada y nos ha hipnotizado tanto que la aceptamos o rechazamos automáticamente desde la prisión de nuestros prejuicios, como lo hace notar Krishnamurti. Empero, si pudiéramos comprender que hemos recalado en este universo con el único y fundamental propósito de alcanzar la conciencia de nuestra propia divinidad, estaríamos en situación de ver la afinidad que tenemos con aquello al que se ha dado en denominar con ese apelativo. Porque Dios somos, o sus hijos, que es lo mismo, ya que se da en este caso la extraña paradoja de que en una sola entidad coinciden el progenitor y su prole.
Cuentan que en cierta ocasión en que le preguntaron a Bernard Shaw si qué pensaba sobre la tesis de que el Espíritu Santo hubiera escrito la Biblia, contestó: “Creo que el Espíritu Santo no sólo ha escrito la Biblia, sino todos los libros”. ¿Es tan difícil comprender que el Espíritu de Dios es el que habla por medio de cada uno de nosotros, por medio de cada ser que puebla el universo, que Él se encuentra intrínseco en todo “lo que es”, y que de no ser así simplemente sería inconcebible la vida o la mera “existencia” de alguna cosa? La “conciencia de Dios” se perfila con nitidez en el poema de Leonardo objeto de este comentario, y si aguzamos la visión podemos encontrar a cada paso la chispa divina, la inspiración del Espíritu que como la Verdad que es, no necesita de justificativos, simplemente va derramándose caudaloso para hacernos disfrutar de su gracia y encanto.
Dios es un geómetra, habría dicho Platón. Dios es un poeta, pudo haber dicho también. Pero no lo dijo. Porque en tal caso debió decir: Dios soy yo. Que se sepa, no llegó a tanto. Siendo como fue un excelso poeta, como todos lo reconocen, no alcanzó empero a desarrollar la conciencia de su divinidad hasta el grado de atreverse a formular esta última afirmación. Por este tiempo, este fenómeno se va manifestando, Dios va siendo todo en todos tal como escribió Pablo de Tarso en 1Corintios, 15, 28.
El reino de la poesía va recuperando territorios, va saliendo de los reductos en que se había refugiado, al decir de Maeterlinck. La poesía es vida, y por ende, en concordancia con su naturaleza, va abriéndose paso de forma incontenible y exuberante, cada vez más rica y variada, nunca vencida, avanzando dentro del proceso que le es inherente, asomándose a lo ignoto, explorando, hurgando, buceando, inventando, jugando, desplegando el aspecto lúdico de la realidad en el intento de proporcionar el goce estético. La poesía de Leonardo transita por estos senderos.
Plagiando a Enoch A. Bennet, que lo dijo de Willian Butler Yeats antes de que adquiriese notoriedad como poeta, me complazco en trasvasar al autor de LUZ estas palabras suyas: Leonardo es uno de los grandes poetas de nuestra era, porque media docena de lectores sabemos que lo es.

Emiliano González Safstrand.



















Dedicatoria:

A mi padre.


Papá:

Vos y mamá me engendraron. Plantaron y regaron, día a día, esta carne, que algún día (esperemos) florezca. Viejo, ¿cómo iba yo a saber? ¿Cómo podía imaginarse, un niñito tonto como yo, la envergadura de tu alma? ¡Y la envergadura de todas las almas! La mies es tanta… y los trabajadores tan pocos…

Pero, claro, para luchar estamos. Para vencer a la violencia misma, pero sin sus armas. Para injertarnos en ese vertiginoso pero purísimo arroyo cósmico que es el amor de verdad y a la verdad. ¿Y a cuántos lugares te ha llevado? ¿Y a cuántos lugares nos ha de llevar? ¡Cómo siquiera imaginarse!

La esperanza no es una fantasía. El que cree, ya está salvo. Tanto requería, tanto quería, sentía, me afligía, ¿y para qué? No era sino un tarro de cenizas con patas. Y lo sigo siendo, como sabés, pero estas cenizas se están volviendo tizón. ¡Ya veo venir el fuego, papá, y cómo arde! El infierno (una palabra, una mera idea, una sugerencia), es un hielo inerte en comparación con lo que ha de venir. Lekajá, al cielo se van todos, ¡aunque sea a la fuerza!

Y ese poder, yo no conocía; vos sí, mi propio papá. Por eso te digo (y del mundo es la envidia, no de los maestros) que no veo diferencias entre vos, y nuestro papá común, el Padre Celestial. Como aquella piedra magnética, que al acercarle un metal cualquiera lo imanta, yo quedé hechizado por esa energía que hizo surgir el universo, que vino del universo todo, pero concretamente (cual agua que corre irrefrenable por el cauce central apocalíptico, y por los saltitos pedregosos) por vos, che ra´a. Por eso pongo este libro a tus pies. Pequeña ofrenda (despreciable, insignificante, miserable) que nunca, nunca, nunca, jamás podrá retribuir lo que hiciste por mí… y por el mundo, (vos y yo lo sabemos) cuya envidia le corroe como ácido quemante. ¡Ojalá la comprensión llueva sobre la humanidad (de la que nos es imposible desligarnos) como bonanza suave, refrescante y dadora de vida y paz!

Por tanto, gracias, papá. Sé que te vas a achicar en modestias, aunque al verme a los ojos sepas que el alma es imposible esconder. Ya que la modestia es necesaria para con el mundo envidioso y pecador (como nosotros, que lo habitamos), pero, por otro lado, el que tiene que saber, ya sabe lo que tiene que saber, porque él siempre lo supo todo.
Esto hace de las palabras huecas burbujas que explotan a la más leve eyaculación. La verdad es todas las burbujas, ¡cuántas son las que él sopla y sopla y sopla! Por eso es ella (es él) la que es, la que hace, la que vive. No ya nosotros, ni el resto, no. Nosotros ya estamos muertos, hemos marchito. Como la fruta seca, cuyo jugo esperemos corra en la eternidad.

Tu hijo.


















































Cuando uno no ve nada más, no oye nada más, no entiende nada más,
eso es el Infinito.
Cuando uno ve algo más, oye algo más, entiende algo más,
eso es el finito.
El Infinito es inmortal, el finito mortal. No hay dicha en nada finito.
Sólo el Infinito es dicha

Chandogya Upanishad.














Yo soy, en el principio
En el presente, yo soy
Yo soy, en el final

Toda teogonía surge de mí
Y mi aliento es el soplo
Que insufló la vida

¿Qué hay en el principio, al inicio?
¿Qué es lo que hay
antes del tiempo?

¿Cómo surgió este sueño
proyectando sus luces y sombras
desde el infinito?

¡Qué lejos parece estar la fuente de luz!
Mas se encuentra escondida
Detrás de los ojos

De un largor inconmensurable
El pasado extiende sus tentáculos
Desde el primer segundo

¿Cómo llegaste a la existencia?
¿Quién perturbó tu
perenne y divino sueño primordial?

¿Qué piensas?
¿Hubo antes que tú (sin que lo supieras)
alguna eternidad oculta?

¿O nada hubo antes de que llegases al mundo
sino títeres y marionetas
polvo de estrellas jugando a la existencia?

La esencia misma ya la tienes
Y no puedes soltarla
Como la mano muerta, perpetuamente aferrada

O sea el presente
El obsequio de incalculable valor
Que se arroja como la basura

El regalo perfecto
Que se rechaza
Momento a momento

Obsérvalo
Conócelo
Sumérgete completamente en él

Y verás cómo
Los que intentan conocer el pasado sin conocer el presente
Construyen ciudadelas sin ladrillos

¡Como el necio queriendo contar los infinitos
con un ábaco
sin saber utilizarlo!

Porque eso mismo que fue en el pasado
Es ahora
Y eso será mañana

No pienses que desde lo pretérito y lo ulterior
Se colige el presente
Porque eso sería como que del vino las uvas surjan

Es en el presente en donde convergen el pasado y el futuro
Así como las muchas frutas proceden
Del mismo árbol

Por eso no puede haber tiempo
Que no haya sido o que será
Sin lo que es

Y habrás aprendido, como el niño, el valor del cero
Que es nulo
Pero que puede representar lo que no alcanzas a concebir

Esta será tu medida
Tu átomo
Con el que construirás galaxias

Lo que fue, déjalo
Lo que será, ¿cómo saberlo?
Mas lo que es: te pertenece

Si el general victorioso en mil batallas
Aún teme la derrota
¿Cómo vencer al tiempo, invencible emperador?

Puesto que peleas con sus armas
Y en su casa
Como contra ti mismo

Tu fracaso ya está cantado
Desde el primer paso
¡Que sólo puede llevar a la tumba!

Mas, si arrebatas, cual astuto ladrón
El presente del tiempo
Habrás ganado la guerra sin resistencia alguna

Venciendo tú sólo
A un ejército de diez mil eones
Con tus propias manos

Y serás monarca absoluto
Sentado en tu trono
De eternidad

Por eso no hablaré
Acerca de aquellos otros
Que ya han ganado esa lucha

Aunque se diga de ellos “maestro”, “iluminado” o “ladrón de corazones”
No los mencionaremos
Para que no te confundas

Porque sería como sumar, multiplicar o dividir
Sin conocer
Los números

Además: si conocieses el ahora
Verías que ellos
Ya están aquí

Disfrutando de su recompensa
Como el que abre un cofre
Aun sabiendo que el tesoro está fuera de él

¿No ves a los miles
arrastrados por la fuerza
de su amor?

Porque cuando alguien sonríe, revela
Su alma vestida
De iluminación

Cuando alguien perdona, se convierte
En el maestro
Crucificado en la omnisciencia

Y cuando alguien alaba
¡Oh, juego del ladrón de corazones!
No se alaba sino a sí mismo

En una flor o en una nube
En una gota de lluvia o en el océano
Se contienen todas sus enseñanzas

Que son las mismas
Puesto que todos
Hablan de mí

Cómo servirme, cómo conocerme
Cómo amarme, cómo alabarme
Y cómo ser yo

Esto es lo único importante
Lo demás es como el desperdicio
Que va por la canaleta

Por eso no apartes tu pensamiento
De lo esencial
Que yo soy

Y podrás hacer mil cosas distintas
Con tu cuerpo y mente
Cual si tuvieres cien manos y pies

Así, teniendo la casa segura
Podrás salir a conquistar
Todo bajo el cielo

No olvides lo primordial
Que ya está aquí
Y no te perderás

Porque, ¿cómo puede perderse
el que camina seguro
con brújula en mano?

Entonces, podrás abocarte
Al estudio
Sin temer extraviarte

Como el que nunca está solo
Porque siempre le acompaña
Su alma

Por eso
El aprendizaje empieza
Por sí mismo

Es decir:
Aprender
A aprender

Este es el primer paso que dieron
Los que circunnavegaron el vasto globo
De la omnisciencia

Por eso no busques fuera de ti
O si no sería como
Echar basura al pozo de agua fresca

Los libros, textos, tratados y miles de volúmenes
No alcanzan a describir ni una pizca de mí
Pero otorgan inconmensurable orgullo

Mas, si buscases intensamente la humildad
Una palabra tuya
Bastará para llenar mil tomos

Fuente siempre renovada de maravillas y asombros
No sabrás nada pero conocerás todo
Como el mar: salado de omnipresencia

Por eso el ignorante parece sabio
Con inútiles retazos de conocimientos
Que no sirven para nada

Y el sabio parece ignorante
Pero su mente aprehende
La ubicuidad

Una vez listo para aprender
Podrás enfrentar al racimo de uvas que es la vida
Y succionarle, como jugo, todas sus lecciones

Al fin y al cabo
¿Para qué, sino
estarías aquí?

Poco a poco
Como las gotas
Ve despacio

Rama a rama, junta
Leña para el fuego
Que devorará la eternidad

Cual nubes agrupadas, una encima de otra
Todo el conocimiento aprendido
Irá a otro lugar de un soplo

¿Para qué molestarse
en lo que dentro de cien años
irá a parar al olvido?

Mas si aferras lo verdadero
Como el viento, aunque parezca moverse
Serás uno y lo mismo en todo lugar

Y verás los inextricables conocimientos
Como motas de polvo
Danzando en la luz

Con la sola saeta de tu discernimiento
Darás infinitas dianas
En el conocimiento

¡Ahora sí estarás listo!
Para ir a la guerra
De la existencia

Porque aunque fueses pusilánime
Luego de un correcto entrenamiento
Tu sola mirada destruirá al dolor mismo

Y cuando la vida
Te dispare sus problemas
Como innumerables flechas

Tú sentirás cosquillas
Y en una gran sacudida
Caerán de una carcajada

Todas tus dificultades, como agudos nudos
Los resolverás todos
Con un golpe de espada

Por eso ve, lánzate a la carga
Sumérgete totalmente en ese ejército
Hecho de fantasmas incorpóreos

¿No ves que son todos imaginarios
y que han de desaparecer
tan pronto como les dejes de dar importancia?

Con tu arremetida cayeron diez mil
Con un zarpazo otros tantos
¡Eres como el león en la batalla!

Tú solo contra un ejército
Un único héroe que hizo
Caer el cielo todo, rebosante de omnipotentes dioses

No voltees tu rostro, entonces
Porque allá no hay sino
Cobardes

Miedosos, timoratos y pusilánimes
Patitiesos por su propia
Quimera

Acomplejados por su ignorancia
Y por su necedad encadenados
A grilletes inamovibles

¡Horroroso y astuto espectro
es el miedo que paraliza
hasta al más musculoso!

Ataca hábilmente
En el punto más débil
Y su fuerza es contundente

Echa por el suelo al gigante
Y del soldado hace brotar lágrimas
Tal es su poder

Imposible de vencer a distancia
El miedo tiembla ante el que lo enfrenta
Cara a cara

¡Qué lejos ha de huir!
Si se lo encara
Valientemente

Hasta un niño será poderoso
Y le aplastará la cabeza
Si se decide

Por eso, tú, que ya has ganado esa batalla
No vuelvas tu rostro
Jamás

Allá hay solamente
Una multitud
Paralizada por aquel fantasma

Unos dicen: “Somos inútiles, estúpidos, nada valemos”
Y se arrojan al despeñadero
De la tristeza y el pesimismo

Desperdiciando mi esencia
Mientras se deslizan
Por la rápida pendiente del abatimiento

¡Qué tonto ciertamente el que llora compungido
mientras su espíritu
salta de alegría desbordada!

¡Parece un niño que, en su cumpleaños, solloza
sentado en una montaña
de regalos!

Un comentario malicioso, una mirada ensañada
Son suficientes
Para echar por el suelo al inseguro

Pues no conoce
El verdadero valor
De nada

La inconmensurable masa del miedo
Extiende su maraña gruesa
En las habitaciones traseras de la mente

Desbaratando tu voluntad
Como guerrilleros
Indetectables

Ocúpate, entonces, en resistir
Sus ataques
Sin perseguirles individualmente

Y cuando llegues al dragón de cien mil cabezas
Aséstale un audaz golpe
Cercenando la cabeza más grande

¡Esta cabeza es el miedo a la muerte!
Sin el cual ningún otro miedo
Podría existir

Tala este poderoso árbol
Y habrás derribado
Todo el oscuro bosque de temores

¡Mirad, cuán lóbrego y sombrío
era aquel profundo, profundo bosque
por donde se paseaban libremente miríadas de espantos!

Hoy no es más que tabla rasa y fértil
Que capullos y mariposas
Han de compartir con los cariñosos rayos solares

¿A dónde fue el ejército, a dónde el bosque?
¿Dónde están aquellos soldados timoratos?
En ti, guerrero, están en ti

Mas, ¿qué diremos?
¿Qué has vencido todo por ti solo?
No, hijito, sino que yo lo he hecho con tus manos

Y al haber en ti estado, todas las miedosas
Y cobardes ratas, en invencibles leones se trocaron
Que a ti ayudaron, y ayudarán, sin jamás hacerte de lado

Porque hoy mismo, el día en que hemos luchado
Reforestaremos este bosque, de amor de gruesos tallos
Que se alzarán arriba imparables, haciendo de las nubes ramas estables

Y un nuevo comienzo
Se alza aquí, esperanzadamente
Barriendo al olvido todo lo anterior

¡Cómo se precipita a lo lejos
aquella avalancha
de prejuicios, doctrinas y temores!

Limpio, fresco, libre
Aspiras de nuevo
El aire

Naciendo de nuevo
De ti mismo
Como la mariposa

Engalanada
En los vistosos colores
De la liberación

¡Cómo se lanza lejos
sin volver a pensar jamás
en su agobiante crisálida rota!

¡Volad, mariposita, volad!
Con tu frustrante sueño de larva
Te has ganado la inmensidad de los cielos

Un sinnúmero de posibilidades
Como abanico, se abren
Al que empieza su aprendizaje

Un océano de conocimientos
Espera al sabio que
Admitió su ignorancia

¡Y qué estancado está el necio
en el podrido charco
de su despreciable orgullo intelectual!

Así, recién nacido, te colocarás en la luz
Desconocida y deslumbrante
De la verdad del camino

Habiendo dejado atrás
La falsa seguridad del útero
De tu engañosa y anterior vida

Sin buscar ganar, sino aprender
Sin querer competir, sino crecer
Sin correr, sino caminando

¡Oh viajero, tu sendero se levanta
alto a lo lejos
donde no se puede caminar!

Es el camino invisible
Por donde transitan
Los sabios

La multitud rugiente
Peleando por guijarros inservibles
Jamás podrá notarlo

Sino para burlarse
Acrecentando solamente
Los ulteriores ríos lacrimales que han de soltar

El horizonte en tus manos
La mirada en los astros
Y el impulso del espíritu

¡Lánzate a la aventura
de la vida
sin mirar atrás!

Es cierto, la fantasmagórica multitud
Querrá perturbar la joya de tu nueva tranquilidad
¡No permitas que te la roben!

Tesoros hay por doquiera
En la tierra, en el cielo, en los corazones:
Los irás encontrando todos

Porque ahora ya sabes
Que no existen realmente los obstáculos ni los problemas
Sino simplemente oportunidades para mejorarte

Pequeño primer paso
Que te ha sacado
De los infiernos

Qué lejos está el atolladero
De la estupidez
Autoinflingida

¡Ya no más
el círculo vicioso
del sufrimiento incomprendido!

Sino tónicos agrios y fuertes
Que te harán saborearte
Completamente en la comprensión

Así que no eras perfecto
Después de todo…
¡Hurra, amigo, hurra!

Finalmente ha surgido
El pequeño brotecito
De la humildad

¡Qué ángeles y dioses
te ayuden
a convertirlo en un robusto árbol!

Ahora ves claramente a tus hermanos
Tambaleándose dolientemente
En la borrachera del orgullo

¡Si fuesen gatos
llegarían incluso
a lamerse sus propios culos!

Porque la necedad de la soberbia
Molesto aguijón
Has de luchar por disolver

Día a día
Deberás trabajar duramente
Ganándote el perenne pan, migaja a migaja

¡Ya verás lo delicioso que es
cuando lo engullas
y sientas el sabor de la inmortalidad!

¡Oh, dulcísima pócima
brotando incesantemente
de arroyos opalescentes de alegría incausada!

Nada, nada, nada
Existe que pueda
Comparársele

¡Hermano, la implosión extática
de la verdad en uno
es gozo a borbotones que mana de todas partes!

Si supieses quién soy
Nunca más estarás en la duda
Jamás

Y no sabrás si reír o llorar
Por tus hermanos
Que persiguen alocadamente muñecos de cenizas

Un soplo mío basta
Para hacer regurgitar
A tu ínfima humanidad, placer sin límites

Porque hice al pudiente reventar su panza de manjares podridos
Y al necesitado llené de hambre y esperanzas
¡Sé tú un pudiente de mis caminos y un necesitado de mi amor!

Sencilla, modesta, humildemente
Construye tu fortaleza inexpugnable de iluminación
Cada día de daré un ladrillo

Y, antes de que lo notes
Tú, el que te creías ignorante
¡Serás reverenciado por los buscadores!

“¿Este pobre siervo miserable?
¡No sabe nada de nada!”, dirás
Mientras los ángeles, ante ti su cabeza bajan

A eso lleva la humildad
A mi gracia
A mi morada

Por eso practícala asiduamente
Y úsala como el martillo del herrero
Para forjar la espada que hundirás en el corazón de la muerte

Una vez asido al mástil de la humildad
Estarás listo para recibir mi luz
En la tormentosa mar de la existencia

Con ese mástil en mano, cual si fuere un lápiz
Podrás comenzar a escribir nuevas lecciones
En las páginas de los días

Ávido de instrucciones, estudiante mío
Estarás con el uniforme de tu obediencia
Presto para poner mis enseñanzas en práctica

Sí, porque a través de la oscilación de los siglos
He enviado a mis mensajeros
En todo el mundo

Mis sabios, mis maestros, mis profetas
Que hablan de mí
Y solamente de mí

No caigas en confusiones
Pensando que uno es mejor que otro
Yo soy quien envió a todos ellos

Mis iluminados son lumbreras
En el oscuro universo
Del sectarismo humano

Aprende de ellos
Estudia sus enseñanzas
¡Tú sabes quiénes son!

Que tu corazón te guíe
Para que los descubras
Apartando, cual hormiga, la arena del azúcar

¡Y cuidado con desdeñar a alguno de ellos
porque nadie que me quiera
es mal visto por mí!

Todos tienen parte igual
En mi gloria
Porque lo mismo a todos doy, como padre justo

Sabe diferenciar, por tanto
El que me quiere
Del que solamente se quiere a sí mismo

Lo demás es irrelevante
Porque las distintas voces que cantan
Hacen mi armonía

¡No irás a tirar una fruta
porque no le llaman
fruta!

Si quieres entender mis alabanzas
En los distintos idiomas
Apréndelos con tu mente abierta

Porque si rechazas
Lo que tiene amor
Nada puedo hacer por ti

Y quedarás seco y podrido
Como hoja a merced
Del viento

¡Mi savia corre por todas mis ramas
a mis distintas hojas
verdes de néctar y vida!

Ven y únete al gran banquete
De mi amor
¡Todos están invitados!

No creas jamás
Que he de rechazar a alguien
¡Mi árbol no niega su sombra a nadie!

Todos son libres de venir y refrescarse
Sin ningún tipo de diferenciaciones
¡La puerta está abierta de par en par!

Eso sí:
El amor es un requisito
Indispensable

Usa tu voluntad, tu energía y tu inteligencia
Para crear en ti esa fuente de amor
De la cual yo brotaré

¡Ya verás cómo palabras como raza, credo
idioma, casta, país e innumerables más
son espinas sofocantes que me asfixian!

¡Cuánto todavía debe transitar
el que piensa en esos términos
el desolado camino del dolor!

Por eso atiende
Y no caigas
En confusiones

Parecería incluso
Que algunos de mis santos
Aprueban un solo camino

¡Cómo la muchedumbre pelea
por sus pelos y uñas
antes de practicar sus enseñanzas!

Pero todos cantan alto
Y fuerte, lo que de mí escuchan
¡Si es que tienen suerte!

De que con mi piedra les golpee
¡Oh, hasta el más ignorante
siente el dolor omnipotente que de mí viene!

Y se convierte en el más sabio de todos
Baluarte de mí, y de mi ejército portaestandarte
¡Mirad, a lo lejos, cómo comanda a mis ángeles!

Que hablan, todos ellos, el mismo idioma
Mi idioma
El del corazón

Por eso, si crees que los maestros están separados
Debes saber que solo eres tú el que estás separado
De mí

Nadie separa sino el que está separado
El que disgrega
¡El que no entiende al hermano de al lado!

Se mueve como polilla por los libros
Carcomiendo páginas y páginas
Vomitando oscuridad

Porque no hay contradicción
En mis infinitos idiomas
Así como los muchos colores, son todos luz

¡Mirad a las paradojas
pariéndose
las unas a las otras!

¡Cómo caen las refutaciones
una encima de otra
como interminable fila de dominós!

Y las contradicciones
¿No se derrumban estrepitosamente
como edificios demolidos?

Como las ranas en el charco
Los intelectuales compiten insistentemente
En demostrar quién es el más necio

Mirad al burro cargando libros
Resoplando entristecido
¿En qué se diferencia del académico?

Y el licenciado orgulloso de su diploma
Está tan henchido de soberbia
¡Como un sapo resoplado!

Inflados de ego
Cómo revolotean y se chocan
Como globos de fiesta

Envenenados de inteligencia, como están
Sus ojos tienen trabas de acero
Desde donde sólo se distingue la oscuridad

¡Ay, estos hijos míos
nada tienen de mí
salvo mi orgullito!

Inundan con cauce apabullante
Al abrir y cerrar sus mandíbulas parlanchinas
¡Que estallido hará cuando caigan muertos sobre ellas!

Saturan, saturan y saturan
El ambiente con pavadas
¡Y se vuelve sofocante!

Apenas respirando, arrastrándose por el suelo
Se puede escapar de estas torres de jactancia
Que escupen quemante ponzoña

Más que una piara: un ejército de cerdos
Corre suelto
Cuando uno de éstos abre la boca

¡Jamás cometas el desatino de
desplegar tus tesoros
ante ellos!

O serás destrozado
Y tu fe evaporada
Si no tienes cuidado

¿Lo ves?
Nada hay distinto
De mí

Donde vuelva mi mirada
Veo yo soy, yo soy
En ti, en él y en mí mismo

¡Ay, si tengo algún dolor en mi omnipotente e infinito cuerpo
es el de verte, terrible, esforzándote en creerte lejos
y en no saberte cerca!

Hijo, ¿no ves cómo eres simplemente una de mis células?
Teniendo mi vida en ti, de mí te quejas
¡Dolor, que causas en mí, dolor que me aqueja!

Así que, el dolor, nos acerca
Aunque estemos lejos, aunque haya una cerca
Sea quien sea, ¿alguien lo niega?

Conócelo ya, por favor, de una buena vez
El dolor que sientes es el dolor que siento
Porque lo que tienes, yo también tengo

Sólo que yo soy el padre
Y tú el hijo
¡Hijo mío, cómo te quiero!

Y recibirás toda mi herencia
Te lo prometo
Porque lo mereces todo, ¡así lo veo!

Pero, a diferencia de tus padres, morir no puedo
Mi herencia es tuya, y las recibirás sin tenerme muerto
¡Porque estoy siempre vivo, y soy eterno!

La paradoja es ésta: deberás morir tú primero
Para vivir de nuevo
Y mi heredad será tuya, ¡te lo prometo!

¡Y esto se hace extremadamente difícil
cuando compartes el techo (el estrado de mis pies)
con infieles y perversos!

Pero, nada hay que temer
Sino, simplemente enfrentar
Sin cosa alguna querer

Así que, lo que viene después
Consiste en mi voluntad
Hacer

Sí, porque al que cumple con sus funciones
Siguiendo mis indicaciones
¡Lo lleno de bendiciones!

El que dude de esto
¡ Ay, que profundo es el pozo
al que se lanza!

Por tanto, hijo
A cumplir prolijo
Con lo que te he mandado

Que por algo
Has nacido
En donde he ordenado

¡Ahí te he enviado
hijo bueno
hijo amado!

Porque para trabajar
O para mendigar
No hay que salir a buscar

¿O quién crees que te alimentó en el útero
o de tu madre llenó de leche los pechos?
¡Quién sobre tu cunita puso el techo!

¡Contesta si sabes estas cosas!
¿Quién, cuando no podías pararte, de ti cuidaba
o te miraba mientras con tus vecinitos jugabas?

Si crees que fueron tus padres solamente
Dime, ¿quién les proveyó a tus abuelos?
¿Y a los padres de ellos, y a sus padres, y a sus padres?

¿Entiendes?
Nadie puede tomar una bocanada de aire
Sin que yo consienta entrar en él

Ni nadie hiere ni es herido por su hermano
Sin que yo dé mi consentimiento
¿Hijitos míos, sabéis cuán difícil es hacer de juez y parte?

Queriendo ser una compasiva madre y un justo padre
Me veo obligado a mimarles con una mano
Y con la otra castigarles

Pero no al que trabaja
Y al que en mí deposita su confianza
¡Él ya ha pagado su fianza!

Que consiste en amor sin límites
Finamente dosificado
En cantimploras dulces, que se toman una a una, día a día

Porque el trabajo consiste en hacer
Simplemente tu deber
Sin mirar a los lados

A no ser, claro
Que sea para ayudar
Al que está necesitado

¡Cuán fuertes y disciplinadas son las hormigas
que todas en fila caminan, caminan
llevando cada una su terrón que brilla!

Todas pueden llevar diez veces su carga
Y aun así, nadie se queja, se apresura
Ni se queda

No te preocupes
Que el terrón que deberás cargar
Te lo enviaré yo, cada mañana

Sin que necesites cavilar en exceso
Ni preocuparte en demasía
Simplemente estate quieto, ¡sin dejarte llevar por fantasías!

¡Y no te salgas de la fila
mientras llevas tu miga
alegremente con tus amigas!

Que ya llegarán al hormiguero
A depositar el producto de la jornada
¡Para hacer uso de la almohada tan duramente ganada!

Y verán a la gran reina sentada
En su trono, y engalanada
De fina tela, con perlas de sudor comprada

¡Ay, hijo, si tan sólo supieras el valor de estas perlas!
Que no están bajo la mar, no
¡Sino en tus ojos, en tus manos y en ti todo!

Porque si las consigues, como se debe
Ya no vendrán cerdos ni percebes
A pisotearlas o llevarlas, sino a que, con compasión, se las entregues

¿No ves cómo las abejas trabajan por miel
que nunca han de probar?
¡Ojalá también así, trabaje tú para mí!

Y no te preocupes de la recompensa
Sino que, simplemente
En mí piensa

Ya que, si tienes tiempo para pensar
¡No estás usando todas tus energías para trabajar!
¿Cómo entonces, te podría premiar?

Así que, amigo
Haz lo que debes, y trabaja sin miedo
Que soy yo el patrón, ¡y mi sueldo es bueno!

Porque trabajando con alegría
Hay energía para todo el día
Y merecido descanso en la noche

¡Oh, la algarabía que siente el trabajador
al ver, lentamente, el sol ocultarse
luego de una dura y suave jornada de labor!

Porque para el que me tiene en su pecho
Los latigazos no son sino caricias
Y el dolor regocijo exquisito, ¡aunque su cuerpo esté maltrecho!

Ya que, a fin de cuentas, ¿qué esperabas?
Esa bolsita de carne y huesos, de la que tanto te precias
¿No irá sin remedio a la tumba fría, seca y recia?

Como fruta seca y podrida, ese muñequito
Que desde aquí veo tan chiquito, tan chiquito
¡Cuánto lucha inútilmente por perdurar!

Cuando lo que debería hacer es trabajar, trabajar, trabajar
Para ganarse el pan
Terrenal, y aun, ¡el celestial!

Pero con honestidad
Con humildad
Y con verdad

Que es una
Sola
Completa

Absoluta
Perfecta
Eterna

Empero, admite distintos enfoques
Como la luna es reflejada
En los innumerables estanques

¡Oh, hermosas fuentes plateadas
que parecen vibrar
al toque de los rayos de luna!

Oye ahora, a un tonto esclavo
De lo que él creía era la verdad
Necio y estúpido nabo, que quizás resultó ser un santo:

“El que es de la verdad sabe que es de la verdad
Y la verdad brilla en sus ojos, como fuego calcinante
¡Oh, relámpago divino que todo lo alumbras y lo quemas
no dejes sino de mí cenizas resecas!

El que tiene la verdad en los ojos siempre prospera
Y su corazón es correcto
Aunque duerma en las aceras
¡Y con almohada de piedras!

El que tiene la verdad en su corazón
Parece león
Con larga melena
¡Y alma serena!

El que es de la verdad camina erguido y triunfante
Ante viento y marea, ante calumnia y desdén
Con la Sinceridad como estandarte
¡Sin importarle lo que otros ven!

Porque el que conoce la verdad no necesita apoyo alguno
De amigos o parientes ninguno
Sino de Uno
¡Que vive en los cielos y en el corazón de cada uno!

Por eso, el que tiene la verdad, vibra en su alma
Y perdona sonriendo
Aunque le estén muriendo
¡Y apuntando con arma!

Pero el que está en la verdad no teme morir
Sino sufrir, y seguir durmiendo
¡Por eso ha de decidir
perecer por ella, antes que vivir!

El que dice la verdad está a salvo
Cada segundo
En este mundo
¡Y en cualquier otro en el que sea enviado!

El que persigue la verdad
Pierde todo y gana nada
Pero está feliz
Y nadie puede tocarlo

Porque el que sigue la verdad
No se perderá jamás
Sino que será encontrado
¡Aunque hubiese estado perdido por mil años!

Así es que, el que busca la verdad
No cae en confusiones
Y obra, sin saberlo
¡Aportando bendiciones!

Que sacian a los sedientos de verdad
¡Y a los hambrientos de Justicia!
¡Oh, cómo serán devorados los que tienen malicia
por sus propias mentiras, por sus propias mentiras!

Entonces, necesariamente, el que cree en la verdad
Es humilde y respeta, y no hecha rabietas
Sino que de su boca sale el fuego
¡Que a los tramposos quema, que a los tramposos quema!

Por lo que, el que en la verdad deposita sus expectativas
Y confía, no sigue dogma ni filosofía
Sino que trabaja, sonríe y alienta
Y espera, espera, espera

¡Oh verdad, tú eres todo!
Y yo, ¡qué pequeñito soy!
Pero, saliendo del lodo
¡A ti voy, a ti voy, a ti voy!

Verdad, ¡disculpa a este tonto!
Que seguirte quiere
Porque, aunque su ignorancia sea grande
¡Su temor, día a día, se empequeñece!

Quedando, poco a poco, nada más que tú, verdad
Tú que lo eres todo, también mis enemigos
Que no son sino amigos
¡De ti disfrazados!

Verdad, no hay en ti mancha
Porque eres perfecta
Pero no en figura ni silueta
Sino fulgor puro, sin tacha

Porque nadie te encuentra, verdad
Sino que tú invades almas
¡Pobre del espíritu afectado
lleno de flamas!

Por eso, el que se quema en la verdad
No desaparece ni perece
Sino que perdura por siempre
¡Por siempre, por siempre!

Finalmente, el que es de la verdad
Es la verdad
Y vive
Eternamente…”

¿Lo ves, hijo?
La verdad es todo
Como aquel tonto santo dijo

Una vez subido al tren de la Verdad
¿Queda algo por hacer?
¡Toda preocupación ha desaparecido!

Porque el destino ya está prefijado
Y los rieles no se desvían
Sentados, tranquilos, ¡qué bello es el paisaje!

¿Quién va a ser tan tonto
como para seguir llevando su carga
mientras corretea de vagón en vagón?

¡No, viajero, no te preocupes más!
La estación no ha de moverse de su lugar
Ni los empleados de sus puestos

El horario ya está dispuesto
Así también los molinetes
¡Sólo faltas tú, bien alto la frente!

El pecho saliente, la risa en el alma
El corazón en la boca
¡Has llegado a la meta!

Que no es sino el punto de partida
Hacia el infinito
El primer paso, el espíritu decidido


Por eso, si eres discípulo de la verdad
No admitirás maestros
Fuera de ella

¿Conoces a estos discípulos?
¿No los ves, a tu lado
mirando el pizarrón de sus propias almas?

Mientras pasan desapercibidos
En su titánica lucha
Por la salvación de la humanidad

¡Cómo los murciélagos de la mentira
vuelan despavoridos
ante este espíritu luminiscente!

Sí, porque mi luz he derramado
En mis soldados
¡Oh, si pudieses ser tú uno de ellos!

La oferta es gratis
Y el método universal
¡Qué venga el que quiere la inmortalidad!

Escucha, entonces
Cómo convertirte
En un titán

Con cuerpo de hormiga
Y espíritu de elefante
Anhelante de batallas:

Desde inmemorial tiempo
Los sabios han recomendado
La observación interna como técnica infalible

Sentado, con la columna perfectamente recta
Cómodo y relajado
¡Listo para saltar a las nubes!

Respirando lenta, profunda y rítmicamente
¡Ensancha tus pulmones
para abarcar el cielo todo!

Y qué insignificantes verás a los otros
Sofocándose en sus bolsas de carne
Diminutos y enfermos, como costras de la tierra

El aire refinado de los altos estados de conciencia
Es tan sutil
Que se necesitan pulmones inmateriales para respirarlo

Desde arriba nada se ve, ni se oye
Ni se toca, ni se piensa
No se percibe sino luz

¡Qué diferencia de los demás
atragantándose con barro
con la cara en el suelo!

¿Cómo podrías siquiera imaginar
la dulzura inexpresable
del nectarino fluir de la vida perenne?

¡Ay, agua viva que descalabras el alma
entrando por los poros haciendo
agujeros de eternidad!

Atendiendo a cada uno de tus pensamientos
Sabrás el origen, propósito
Y el fin de todos ellos

Como aquel legendario general
Que conocía individualmente a cada soldado
De su ejército por su nombre

La desbordada energía de la mente
Estancada como cloaca
Se irá trastocando en cristalina agua fluyente

Siendo una paz deliciosa
El resultado inmediato
De una buena práctica

¡Ay, exquisitez bendita
bienaventurado el que sorbe
tan sólo una gota de ti!

¡Qué charco inmundo se vuelve el mundo
en comparación con la santificada serenidad
que confiere la buena meditación!

Como un mero testigo, un espectador
Verás a las marionetas energéticas
Luchar por la posesión de tu ser

¡Que no es sino yo, buscador!
¿Creerás que te dejaré, tesoro mío
a merced de esos salteadores del camino?

¡Jamás!, puesto que has elegido mi vía
Aunque, claro, ¡también tienes pies!
Con mi mano guiándote, deberás caminar hacia mí

Y la meditación es una buena brújula
Entre muchas
Como así también lo es la oración

Por eso, si quieres dedicarme una plegaria
Sabe que debes cerrar los oídos
Y abrir el corazón

¡Porque no escucho las hipócritas eyaculaciones
de aquellos chismosos
que han convertido mi casa en cueva de ladrones!

Que roban y roban precioso tiempo y energía
En inútiles apoteosis de sus propias
Naturalezas pecaminosas

No, yo no escucho aquellos
Porque un solo día a la semana, o tres o cinco ocasiones al día
No me bastan

¡Hijo, si quieres que te escuche
debes tenerme presente siempre
aglutinando los segundos del universo en tu única y constante recordación!

Así que, si decides orar
Hazlo con el corazón en la mano
¡Mientras lo acuchillas sangrando!

Por eso, que tus rezos sean más constantes
Que el sol y la luna
En su inacabable viaje

Que sean tan poderosos
Que hagan temblar
Las mismas puertas del cielo

Tan apasionados
Que abrasen
El mundo todo

Tan irrefrenables
Que se desborden
Del universo

¡Si rezas así verás
mi rostro atento
en actitud de escucha!

Y, rezando, meditando o simplemente recordándome
Has de ingresar a mis aposentos
¡No te imaginas lo bellos que son!

¡Esta es mi humilde casa
construida en la nada
con ladrillos de eternidad!

Ven, pasa por el pórtico
De ilimitado espacio
¡Y entra aquí y ahora!

¡Mira el jardín de galaxias!
Toma una flor en tus manos
Y aspira la fragancia de su luz

Toma un baño lumínico
En las frescas aguas de mi estanque
¡Nadie jamás se ha saciado de su delicia!

Vamos, entra a mi casa
Sólidamente edificada
Sobre los cimientos irrompibles del silencio

¿Ves esta habitación?
¡No te dejes engañar por sus paredes
hechas de pensamiento!

La fulgurante, maravillosa y gustosísima
Danza de la creación y destrucción
¡Puede marearte como un azucarado cóctel!

Pero no te dejes llevar por la inconciencia, ni por el susto
Ya que este estado se alcanza momentáneamente
Por mi gracia

Así que, si quieres permanecer en él
Tendrás que ser más disciplinado
Que el mejor de los deportistas

Anclándote, poco a poco
Y luego definitivamente
En la ausencia de anhelos

Porque un solo deseo, por más insignificante que sea
Derrumba trillones de universos de bienaventuranza perfecta
Como un castillo de naipes

Esa etapa no es fácil de lograr
¡Y menos aún de mantener!
Paz pura, serenidad que no se resquebraja

La mente siempre pensamientos baraja
Pero eso es solamente paja
Para el fuego infernal

Sal de tu caja
Hecha de carne
Y ponte el sosiego como faja

Mi espíritu enjaulado en tu cuerpo putrefacto
¡Cómo grita por volar
si tú pudieras escuchar!

¡Cállate, amigo, cierra la mente habladora
para abrir la polvorienta caja de música
de mi placer celestial!

Si pudieras oír la melodía exquisita que toca
Serías más creyente
Que todos los infieles juntos

Por eso escucha, toca, ve y ten fe
¡Mundos enteros parecerán fichitas de dama
con los que podrás jugar a placer!

Pero si dejas que caiga una sola gota de duda
Tu clarividencia se desvanecerá
Como un sueño efímero

¡Oh, gigante universal
yérguete por sobre universos
sin olvidar que estoy más allá!

¡Limpia el polvo sideral
aparta las galaxias lejanas
y mírame!

Si yo creé todo
¿No puedo disolverlo todo
a la nada?

De un manotazo aparta cúmulos galácticos
Y con un soplido apaga estrellas
¡Busca, busca, en todo el universo!

¡Valiente, fuerte, ven a mí!
Gusta de mi omnisciencia
¿Puede haber algo más delicioso?

Sé un guerrero temerario
Profundamente inmerso
En el cósmico océano de la paz

Y de la sabiduría haz una hoja de acero
Y del amor una llama
Que perdure

Luego afílalo con la disciplina
Y con la atención haz una empuñadura
Que asirás con el discernimiento

Empuña esa espada flamígera
Y cercena tu propia cabeza
Para verla rodar como una piedra

Después lánzate contra las diez mil cosas
Y hazlas desbandar
Como palomas en el parque

Y con un solo dedo
Partirás en mil el ejército de los perversos
Que huirán como niños despavoridos

Y tu boca será como el cielo
Del cual saldrán relámpagos y truenos
Que infundirán terror en los demonios

Si esto no fuese real
Los antiguos maestros fueron viejos estúpidos
¡Y en la sala de tesoros no hay sino guijarros y escombros!

¿Cómo hablar
de la verdad
sin poesía?

¿Cómo recitar
evitando
lo absoluto?

Esto es
Lo que todos llaman
Iluminación

Esto mismo
Esto
Eres tú

Mas, ¡qué tontos!
Ellos seguirán alabando afuera
Al que tienen dentro

Llorando como en un funeral
Siendo los herederos
Del reino celestial

Por eso río
Y de todos los átomos del universo
Se forman bocas que ríen conmigo

No se puede afirmar haber llegado a la iluminación
Ni puede negarse haberlo hecho
Porque no puede saberse lo que es

Si se afirma
Sería como trillones de orgasmos
Cantando aleluyas

Si se niega
Sería como una gota de lágrima
Que inunda todo el cosmos

Pero si no se sabe
Puede descubrirse lo que es
En este mismo momento

Como un ancla en lo profundo
El despertar yace muy, muy dentro
Y las aguas no podrán sacudirlo

Las titánicas columnas que sostienen el mundo
Se derrumbarían
Con un chasquido de tus dedos

Sumérgete en la paz y conoce todo
Pero si conservas un solo porqué
Arderás por siempre en los infiernos

Así tendrás un cuerpo
Por cuyos poros saldrán, tímidamente
Universos refulgentes

Si llegas a ese estado
Sobreviene la supraconciencia
Que revela lo infinito

Y como el océano en un vaso
La eternidad se aglutinará
En un solo segundo

¡Cómo la vida pasa
en un instante
como bandada de cisnes!

Verás lo que el cuerpo es:
Madera vieja, polvo del polvo
Cenizas rejuntadas

Y cómo el espíritu se yergue
Como un gigante
Luego de su letargo

Mas, ¿qué es este espíritu
que revolotea
como mariposa?

Agua brillante
Reflejo incandescente
Soplo de vida

Por fin, se abrirán tus ojos
Y verás la luz derramarse
Como una cascada de estrellas

¡Oh, luz, luz, luz!
¡Nada más que luz
es lo que veo!

Vías lácteas burbujeantes
Y universos vibrando
Danzando en la masa de luz

Que no es sino un charquito de fotones
Inmerso en el verdadero océano
De mi luz, de mi yo soy

Cual si los océanos fuesen evaporados
No sabrás a dónde
Han ido a parar las tinieblas

¡Oh, tinieblas!, ¿a do han quedado?
Del imparable rayo de mis ojos
¡Nada veo sino fulgor!

¡Ay, hermano, si pudieses algún día
venir aquí, donde no hay espacio
y ahora, donde el tiempo se ha esfumado!

Dejando la inteligencia
Como un saco rotoso colgado en la puerta
Mientras el brillo te devora

Una vez pasado el umbral eterno
La explosión extática desvanece toda duda
¡Yo soy, yo soy, yo soy!

Tu comprensión será como las arenas de la playa
Misterios, revelaciones y doctrinas
Sólo te harán reír

Como retazos de telas sucias
Los polvorosos libros en los que antes tanto confiabas
Serán llevados por esa agua pura y cristalina de mi inspiración siempre creciente

Tendrás diez mil cosas que hacer al mismo tiempo
Y otras tantas manos y pies
Con que hacerlas

Pero estarás completamente saciado
Como si hubieses
Engullido el sol

¡Ay, panza y útero lleno de vida
vida, vida y vida
perfectamente brillante, constante y de gozo inextinguible!

Agua sabrosa, dulce y fulgente
Que mana de mi manantial
Del aquí y ahora, ¡siempre presente!

¡Ay!, ¿cómo expresar
la extinción de la sed
a alguien que no ha llegado aún a ese lugar?

Mis palabras tan sólo harían enredarse
Al más inteligente
Como una serpiente muerta, con un nudo en el medio de su cuerpo

¡La muy estúpida se ató a sí misma
cuando lo único que tenía que hacer era
simplemente arrastrarse y avanzar, avanzar!

Pero este estado
Viene de arriba
Desciende de los cielos

Y no digo que seas serpiente, no
Sino gusano
Arrastrándote por los suelos

Y por el barro
Mientras ayudas a tus hermanos
Mientras les das una mano

Porque él
Es decir, yo, en mi otro papel
Te hará creer que todo es fácil hacer

Te hará pensar que al cielo
Se puede simplemente volar
Pisándole encima a los demás

Por eso nunca olvides que el gusano
No puede flotar ni elevarse
Sino arrastrarse, y trabajar

El camino hacia arriba
Es por abajo
Porque si vas directo arriba, te hundirás

¿Entiendes lo que digo?
Mi poder es de arriba
Pero surge desde abajo

Por eso, si vas directo arriba
¡Sólo iras abajo
porque al cielo no hay ningún atajo!

Ya que a nadie esa energía trajo
Que no haya sido esclavo de ese adversario
Aquel enemigo, ¡que en el fondo no es sino mi hermano!

Sí, porque él es más suave que los pétalos de rosa
¡Pero sus espinas cómo arden!
¡Fuego obliterante que parecía tan poca cosa!

Este adversario, trabaja en las sombras
Haciéndote creer que llevas solo las causas justas
Mientras te lleva atado por varias sogas

Él te pondrá un banquete de exquisitos manjares
Sobre la mesa para hacerte babear
¡Pero si tocas cualquiera de los platos, su veneno te destrozará!

Tus más secretos deseos
Tus fantasías más recónditas
Y tus anhelos más ardientes él sabe

¡Y cómo las usará para extorsionarte!
Como fruta brutalmente exprimida para quitarle su jugo
¡Así te tendrá cual marioneta, chupando tu energía, tirándote su yugo!

¡Cuántos han quedado en el camino, gracias a él!
¡Cuántos de mis discípulos más sabios, inocentes y fuertes
han preferido las mugrientas migajas de él antes que mi eterna gloria!

¡Ay, hijito, tantos de tus hermanos han corrido
tras ese padrastro falso
en vez de quedarse conmigo, su padre justo y bueno!

¡No vendas tú el alma al diablo
por unas pocas monedas!
¡Ya que no se puede hacer usura con la eternidad!

El alma mía es tuya
Pero, ¡ay!, también tienes libertad
¡Úsala bien, hijo, úsala bien!

Por eso, la clave en todo esto es la atención
A tus anhelos y expectativas, que por más loables
¡Sólo serán en sus manos cortantes sables!

No importa cuántas imperfecciones tengas
Ni cuántos impedimentos
Estando conciente de ellas, las tendrás bajo control

¡No que seas perfecto, ni mucho menos!
Sino que, al conocer tus defectos
Te vuelves muy poderoso

Sí, un poderoso león calmado
Pero no domado
¡Oh, fuerte león, guía bien tus zarpazos!

Muévete con la agilidad de la liebre
Con su blancura a quemarropa
Con ternura que perdona

Difícil de comprender esto
Para el orgulloso
¡Oso terco y descontrolado que anda destrozando todo!

Mas tú serás como mariposa con las palomas
Y como el león rabioso frente a las hienas
¡Retrocedan, necios, frente al rey de la selva de las virtudes!

Este temible hombre
Hace temblequear en las piernas
A los que cometen iniquidades

Cien de aquellos jamás podrán hacer
Uno solo de él
¡Así de fuerte es mi soldado!

Su corazón: diamante puro
Que aunque el cielo aplaste a la tierra
Quedará intacto

¡Cómo envidian los pétalos de rosa
la suavidad de este hombre
cuando es amable!

¡Y, oh, mirad al trueno retroceder
ante la furia de mi hijo
cuando defiende a los inocentes!

Andará solo
Como por las praderas el lobo
Persiguiendo a la luna

¡Tal es su determinación!
¡Oh, valiente, avanza, avanza
y que seas la punta de mi lanza!

Sus hermanos lo consideran un dios
O un loco
¡Pero él y yo sabemos que no es cierto!

Mira al hombre común
Agolpado en multitudes
Completamente solo

¡Cómo los sabios vadean
el infinito
río de luz!

Extienden una manta en el suelo
Y se disponen a saborear
El manjar de la inmortalidad

Los necios, incapaces de comprender esto
Arremeterán contra la pacífica sonrisa
De estas flores preciosas que han nacido con ropaje de hombres

Clamarán inútilmente
Como las hormigas
A las nubes

Su enojo será como un
Río de lava
Que va a la fosa

¡Oh, pobres figurillas
angurrientas de deseo
y obliteradas por vuestra propia estupidez!

¿Por qué no siguieron al que sabe?
¿Por qué lo desdeñaron?
¿Por qué lo dañaron?

¡Y pensar que tanto les quiso
y les quiere aún!
Pero ya su luz es tanta, que sólo conmigo puede estar

Y a mi me ha de acompañar
Para, en nuestra infinitud
Poder a todos guiar

Por eso, escuchad
Aún hay oportunidad
De aprender, encontrar y alabar

Porque alguien así
¡Qué difícil es hallar!
¡Más que una aguja en un pajar!

Porque el sabio no se cree tal
Simplemente dialoga con el universo
¡Y todos los seres son beneficiados!

No pretende enseñar
Porque nada dice saber
Pero miles lo reverencian

Alto en la torre de la humildad
No puede ser jamás
Igual a la muchedumbre sufriente

Su ciudadela de virtudes
Es impenetrable
Para las hordas del orgullo

Como un gigante de bondad
Se pasea por la ciudad del mundo
Sin mover nada

Con la batuta de la conciencia siempre presente
Mi dilecto dirige la orquesta de su vida
¡Cómo me gozo de su sinfonía!

Ciertamente que él me ha comprendido
Y se pierde entre muchedumbres
¡Escondido entre mis nubes!

Por eso no hace falta llamarle iluminado
Ni despierto o santo
¡Sino loco, ebrio o borracho!

Pero un alcohólico que sorbe mi interminable
Y nectarino fluido espitual
¡Un adicto a mis deliciosas aguas vivas!

Un hombre alado
Que se niega a volar
¡A mi lado!

Porque prefiere luchar y salvar
A sus tontos hermanos
¡Que se resisten como tercos asnos!

¡Cómo el hombre lucha y se rebela!
Sólo para hacer lo que yo
Le mando

Ya que nada hay
Que no sea hecho
Si que medie mi orden

Así es, hijito
Tanto tus átomos, como el del cosmos todo
Vibran por mi mandato

La perfecta sincronía del universo
Lo veas o no
Se mueve en armónica euritmia, gracias a mí

Aun cuando pienses que todo es caos y azar
Dime, ¿quién crees que
juega contigo a los dados?

Así que escucha
Acerca de mis cualidades
¡Que tan poca cosa me parecen!

¡Tantos necios han querido explicar
mis perennes atributos
sin siquiera haberme conocido!

Dando miles de argumentos
Interesantes, plausibles o descabellados
¡Que solamente me hacen cosquillas!

Porque para mí es diversión pura
Verle a los tontos
Intentado explicarme

Y cuando alguien que no intima conmigo
Declara conocerme
¡Cómo disfruto riendo de su necedad!

Por tanto, mis cualidades
Solamente pueden ser conocidas
¡Tendiendo, al menos, un verdadero atisbo de ellas!

Mi omnipotencia
Mi omnisciencia
Y mi omnipresencia

Pequeñas muestras
De mi infinitamente oculto y superpuesto
Poder omniabarcante

Ya que soy omnipotente
Porque es imposible
Que algo me sea imposible

O sea, no soy omnipotente
Porque todo lo puedo
Menos no poder algo

Así que soy omnipotente
Justamente porque no lo soy
¿Lo comprendes?

¿Entiendes, hijo, mi poder?
¡Llámale como quieras!
Pero esta ahí, ¿lo ves?

¡Abre los ojos
o ciérralos
pero mira, mira!

Quédate a ver y no huyas
Hijo, ven aquí
¡No huyas!

¿O te quieres
esconder
de mí?

¿Y a dónde irás?
¿A las nevosas montañas, a las frondosas selvas
a ti mismo?

¿Para qué escalar tan alto
para estar como un insecto
en la punta de mi dedo?

¿Por qué molestar a las fieras
y a los osos, si cada hoja del bosque
me susurra donde estás?

¿Y no sabes, que si cierras los ojos
tus párpados se convierten
en mis ojos?

Yo soy todo
Lo veo todo
Estoy en la ubicuidad

Mi creación no es sino
Trillones de espejos
Reflejando mi omnipresencia

Desde el cielo
Me extiendo
Por todo el espacio

De día veo
Con mi ojo
Luminiscente

De noche te espío
Con mis interminables lumbreras
Desde el abismo sideral

Si intentas correr de mí
Yo soy
Tus piernas

Y si te duele mi fuego
¿Por qué lanzarte a mi
agua?

Vives dañando a los demás
Sin saber que te estás
Golpeando la cabeza por la pared

Mira aquella
Planta
¿No soy yo?

Aquel cachorrito
Meneando la cola
¿No me saluda a mí?

Te lamentas
Desvergonzadamente
Por tus difuntos

Y no ves cómo, de mi espíritu
Hago brotar nuevos seres
Como gotas de lluvia que caen

Tienes dos ojos
Para
Verme

Y crees
Ver
Algo

Pero miras como si todo el mundo
Estuviese profundamente inmerso
En las tinieblas

El sol te parece
Un gran pedazo
De carbón apagado

Yo solamente tengo un ojo
Que se llama
Eternidad

Y con ella veo todo, hijo, ¡veo todo!
¡Ay, si pudieses compartir conmigo esta visión!
Seríamos dos espejos elevados a la infinita potencia en la bienaventuranza

Y sabrías como yo, ¡todo!
Y tu omnisciencia se abarcaría absurdamente a sí misma
Como si dentro de tus ojos estuviese todo el cosmos

¡Oh, recipiente sin medida
pozo sin fondo, espacio sin extensión
verás claramente como la nada contiene el todo!

Y serás como el mendigo que tan poco tenía
Pero al haber renunciado a ese poco
¡Se halló en posesión del mundo!

¿Entiendes, mi omnisciencia, hijo?
Lo que tú sabes, no puedo ignorarlo
¡Pero cómo es posible que tú desconozcas lo que yo sé!

Entrando a mi espejo
Verás a la eternidad haciéndote reverencias
Y al infinito como esclavo

Por tanto, ¡hecha abajo las barreras!
Y lánzate a mí
¡Que no te he de echar fuera!

Y, una vez dentro
Verás que no hay realmente dentro o fuera
Y me conocerás, como verdaderamente soy

Gozo sin fin, alegría sin límites
Placer desbordante, felicidad interminable
¡Explosión constante de infinito amor soy yo!

¿No ves que soy mariposa
cuyas omnipresentes alas
me traen desde la eternidad al ahora?

Me acuesto y descanso
En mi inconmensurable cama
Que se extiende hacia ambos lados del presente

¿Lo crees?
Mi omnipresencia satura por sobre universos
Naturaleza, galaxias y vidas, ¡mi existencia nunca termina!

Así como la tuya, hijito
¡Compréndelo de una buena vez!
¡Deja tus juguetes infantiles y ven a hacerte cargo del negocio de tu padre!

Que no es otro que el ser, conciencia y bienaventuranza
Infinitamente variadas
En el cósmico vestido, cuyas hebras e hilos, están hechas de eternidad

¿Lo ves?
Ya dispuse todo de antemano
Poniéndote como a aquel asno, entre el destino y el libre albedrío

Porque en el útero te ordené
Que crezcas, te desarrolles
Y que salgas a su debido tiempo

De chico
Te mandé a jugar
Con tus amiguitos

De joven, te empujé
Por la colina
De los ardores primaverales

De viejo dispuse que fueses débil
Y limité tu movimiento
Para que estés más calmado

Luego te llamaré
De nuevo a la tierra
Terminando tu ciclo

Lo que yo ordeno
Tú haces
¿No ves que soy irresistible?

Como embrión, como niño, como joven
Como adulto, como anciano, como cadáver
¡No haces sino obedecerme!

Si intentas resistir
¡Qué dulce me es la melodía
de tu inútil agitación!

Al arremeter en contra mía
Te romperás
Cual ramita seca

Desde siempre he sido adorado en el trueno
Y por mi insignificante sol he sido reverenciado por tus ancestros
¡Y tú pretendes prevalecer sobre esto!

¡Qué tonto es el que arremete contra natura!
¿Cómo es posible que no sepas
que si me dañas, sólo te dañas a ti mismo?

Soy irresistible aquí, en la floresta
En lo profundo del mar y en los abismos cosmogónicos
¡Compréndelo!

No te resistas
O mejor: ¡resísteme!
Y verás mejor qué fácil me salgo con la mía

Yo prevalezco eternamente
Por sobre todo
Sin lugar a duda

Sigue mis inamovibles leyes
Y vivirás más
Y mejor

Y darás alimento, albergue y felicidad
A tus hermanos, aunque nada hagas
Como el húmedo y robusto tronco acostado en el bosque

Piénsalo, haciendo nada
Se hace todo
¡Esa es mi manera de obrar!

Por tanto, trabaja conmigo
Vayamos de la mano
¡Caminando por sobre el río de gozo infinito luminiscente!

Aunque, claro, podrás decir que esto no es tan simple
¡Pero de veras lo es!
Simplemente observa, calla, ve

Mejor incluso que decir: “Trabaja”
Debería decir: “Juega”
¡Porque para mí todo es recreación alegre!

Esto es lo que es
¿Lo entiendes?
¡Mira atentamente!

Nadie te puede dar este conocimiento
Salvo tú mismo
Maestros y sabios enmudecen al contemplar ojos que comprenden

Ya que el lago de la humanidad
Refleja el sol de la verdad
Mil veces en el mediodía de la historia

¡Mira cómo los rayos
saltan de una ola a otra
todas únicas, prístinas, irrepetibles!

Que no te encandile
Este danzar
Alegre, juguetón, variado

Observa la totalidad
Brillante
Perfecta

Pero no olvides las burbujas
Que también me contienen
Completa, desbordantemente

Este es mi juego
Hacer que me busques
¡Hasta que te encuentres a ti mismo!

Así, en el desierto de la eternidad
Vas tras este espejismo y aquel
¡Cuando, en cada pisada, me aplastas en cada grano de arena!

Por eso no digas conocer mi desierto
Por haber recogido un puñado
De verdades

Porque si logras comprenderme
Un grano de arena y el desierto
No serán dos

Y para hacerlo acabadamente
Deberás pasar mis exámenes
¡Como estudiante sobresaliente!

Porque no importa si ocupas
Una gruta en fondo
Del abismo

O si te hallas en la cima
De un edificio atiborrado
De personas

Mis pruebas vendrán, lo quieras o no
Y las entenderás
Y te verás en el aprieto de tener que resolverlas

Puesto que estaban
Reservadas exclusivamente para ti
Desde antes de tu nacimiento

Pero no desfallezcas
Ni claudiques
¡Qué mi intención no es matarte!

Sino darte vida
¡Sólo que mi soplo
destruye todo lo que se le resiste!

Lo rígido y podrido
Es lanzado por la borda
Para hacer más espacio para lo caritativo

Por eso existe la tentación
Como una exhortación:
“¡Cierra los ojos y ve!”

Porque mi creación
Es como un jardín de paradojas
¡Una flor más bella que la otra!

Todas fragantes, todas preciosas
Coloridas, vistosas y suaves
¡Imposible de comprender para el que no sabe!

Toma las que quieras
¡Pero cuidado con las emponzoñadas
que corroen como ácido obliterante!

Sí, porque yo en mis papeles de padre bueno
Y padrastro falso
¡He plantado este jardín de luces!

Ya que, ¿qué sentido tendría lo dulce
sin un toquecito de amargo?
¡Lo salobre se discierne gracias a lo azucarado!

Así es como he dispuesto mis caminos
Flores y canciones por doquier
Así como trampas y redes estratégicamente dispuestas

Es decir, mis premios y regalos celestiales
Junto con mis bombas calcinantes
De pecado y sufrimiento

Ambas tendientes a la infinitud
Ambas reaccionantes
Ambas libres y dispuestas a servirte

Porque, ¿qué es la tentación
sino un cristal finamente pulido
por el cual vas a chocar de cara?

Estaba puesto claramente frente a ti
Mas a tu acelerado paso
Arremetes contra su invisible solidez

¡Espera un poco!
No corras tanto
Y ve a tu alrededor

Observa atentamente
Y mide tus pasos
¡Si corres ciegamente tropezarás!

La tentación es como un borracho
Alto en la cuerda floja
Equilibrándose

Una irresistible trampa
A la cual te lanzas
Sin pensar dos veces

¡Ay!, si supieras que necesitas
Y no necesitas de las tentaciones
¡Podrías cumplir tus obligaciones y pasar las pruebas sin mirar atrás!

Mas, decir eso sería
Como que la flor nazca del fuego
O las chispas del agua surjan

Tanto a ti como a tus hermanos
Se les pone a prueba
¡Nadie que respire está exento!

Si tan sólo todos se solidarizasen
Con su vecino
¡En pocos días este planeta sería un edén!

Que los mismos ángeles envidiarían
Y los dioses aprobarían
¡Un lugar santo en el cual yo mismo viviría!

Todos serían maestros
Y el aire sería perfumado
Por la melodiosa voz de sus de sus enseñanzas

Los sabios acariciarían
La tierra
Con sus venerables pies

Y la naturaleza estaría presta
Para servir y proveer
Cada capricho, por más fútil que fuera

Cada página o trazo de información
Serían deliciosas gotas de miel
Que sorberían las generaciones en los siglos

Pero, ¡ay!, ¡qué distintas son las cosas!
Mis etéreas lágrimas derraman mi melancolía
Que inspira divinamente a mis pocos elegidos

¡El mundo en el que tienen que vivir mis hijitos!
Es cierto, el basural que es dado en llamarse tierra
Les ayuda a mejorarse y llenarse de mi luz

Que brilla por sobre vapores etéreos
¡Ay, pequeña uva pasa marchita
colgando distante en el universo!

¡Cómo tus habitantes se dedican a juegos infantiles y egoístas
peleándose como perros en la calle
mientras se destrozan entre sí!

Imposible tirarles siquiera un hueso
O mil, o diez mil
¡Cuánta rabia ha de surgir todavía de su egoísmo!

Tan impredecibles, estos chicos malcriados son
Como el azaroso clima, cuando está furioso
Que no pregunta ni ve para hacer daño

El jardín que he plantado con tanto amor
Se ha convertido en un fétido cloacal
Donde corre, como agua putrefacta, toda la inimaginable maldad de corazones negros

¡Ay, reguero de pólvora que explota
en violencia y más violencia!
¡Si tan sólo pudiesen escucharme!

El universo, es cierto
Es una masa ardiente
De deseo

Que perentoriamente espera ser satisfecho
Pero con suavidad, amor y humildad
¡No con violencia, no con violencia!

Si escuchases mi voz
Y me poseyeses, como yo te poseo a ti
¡No habría más deseos en ningún lugar!

Y el fin del universo sería cumplido
Completándose los infinitos
En sus respectivas infinitudes

Pero, ¿quién sabe esto?
¡Renuncia a tus deseos, hijo
renuncia a todo!

¡Y ven a mí!
¡Ven a mí
que tanto te quiero!

¿No lo ves?
Yo ya tengo todo
Porque soy infinito y eternidad

Mas, si puede decirse que me falta algo
¡Es tu amor, hijo amado
es tu amor!

Porque soy impotente e incapaz de hacerte amarme
¿Lo entiendes?
Tú debes quererme, y algún día me tendrás

Teniendo así, como yo, todo
¡Este es el fin absoluto
de nuestra existencia!

¿Lo ves?
Yo, aun siendo infinito, sin ti estoy incompleto
En cierta forma

Así también tú, hijo
Por tanto, ¡ven a mí, retoño
ven a mí!

Y ya nada podrá molestarnos
Ni preocuparnos
Para al fin descansar y disfrutar de la eternidad

Seremos uno
Como ha sido
Desde el principio

Así que, sobórname con tu amor
¡Ya que nada más quiero
sino que me ames!

Rézame, háblame, cántame
Búscame, quiéreme, ¡ámame!
Y estaremos juntos para siempre

Porque cuando te dé mi regalo celestial
La inmortalidad te parecerá
Un baladí

Sí, hijo mío
Cuando recibas este amor divino
¡Lo querrás sorber frenéticamente como el borracho su vino!

Y, lo mejor de todo, será que
¡Hay suficiente para todos!
La botella que te daré es mágica y siempre rebosante

Tu amor brotará de tus poros
Haciendo de ti un océano
Con tu corazón como isla continental

Serás un átomo ermitaño
Por cuyas órbitas girarán
¡Miles de universos incandescentes, saludándote!

Solo, pero con la humanidad
Junto conmigo
Disfrutarás de la paradójica y paradisíaca bienaventuranza siempre desbordante

¡Oh, viajero que la legendaria copa
tus labios tocan
volviéndose indestructibles, indestructibles!

Grial ardiente, cáliz de suave fuego eternizado
¡Quema por siempre, por siempre
quema por sobre eternidades, infinitamente!

El amor divino, hijo, es un abismo
Por el cual, una vez precipitado
¡Explotarías de infinitos y eternidades burbujeantes!

Arroyo celestial siempre puro
Siempre fluyente y creciente
Refrescante y saturante de armonía y paz

En ese estado, hijo
Nada más hay que ver o sentir
Sino lo que está más allá de ver y sentir

Océano sin agua, nube sin cielo
Espacio sin nada, música sin sonido
¡Mente sin pensamientos!

Paz total, vida sin muerte
Amor omniabarcante, sin una pizca de odio
Ternura y calor infinitamente creativos

Todo esto y mucho más soy yo
¿Lo ves?
¡Veme, hijo, veme!

Pero arráncate los ojos
Y usando tu corazón
¡Ardiente de sangre hirviendo en devoción!

Y podrás percibir el infinito
¡Lo que siempre fui desde el principio!
¡Espejos y luces derramándose a borbotones!

En el cauce de eternidad
Que conforma mi cuerpo siempre expansivo
De luz, luz y más luz, por sobre los pequeños retazos de sombras

Tan cerca y tan lejos, hijo, hermano mío
¡Que ahora mismo esto está sucediendo
frente a tus ojos!

Sí, porque te veo a ti y a mi
En esta danza interminable
Mientras eternidades se agolpan y caen como gotas de lluvia

¡Mirad los cosmos siendo llevados de aquí a allá
como en desértica tormenta
vuelan arremolinados los granitos de arena!

Aquí y ahora
Todo ya está, hermano
¡En nuestro corazón, en nuestro corazón!

Juntos por siempre hemos estado
¡La aparente separación no es sino un juego más
de la infinita diversión que nos espera!

Y verás, al fin
Lo que eres
Lo que yo soy

Para, afirmar, con el coro de dioses
Que ya no saben qué alabar
De tantas cosas hermosas creadas:

“Yo soy, en el principio
En el presente, yo soy
Yo soy, en el final”

Aunque agregando
A este cántico celestial
Que sólo los tontos ignoran:

“Porque somos uno
único, indiviso, completo, eterno
sin comienzo, ni medio, ni final”

Mientras, de nuestras infinitudes
Surgen otros como nosotros
Infinitos y resplandecientes, rebosantes de luz

¡Que con tanto ahínco han de luchar
por unirse a nuestro cántico
celestial y eterno!

¡Gritad, seres luminiscentes!
¡Gritad por sobre eternidades!
¡Gritad por sobre infinitos!

¡Que nadie quede fuera
de este banquete luminiscente
tan ansiado por todos!

¡La inmortalidad rebosará desde las azoteas
hacia los bajos y valles
dando luz y verdad a millones!

¡Oh, luz buena y perfecta
cuánto has de dar, cuánto regalar
cuánto perdonar!

Juntos por siempre
Separados nunca más
¡Tanto por hacer, tanto por hacer!

Haciendo todo crecer
Con nuestro amor
Con nuestro amor

¡Con nuestro amor!

No hay comentarios: